El pasado viernes los ministros de energía de la European Union se reunieron para acordar nuevas medidas para parar el aumento del precio de la energía que serán de aplicación des de 1 de diciembre de 2022 hasta 31 de diciembre de 2023. A pesar de la presión de un sector de los Estados miembros para establecer un tope al precio del gas similar al de la península ibérica, finalmente las medidas adoptadas han seguido las líneas de acción ya avanzadas.
El Consejo acordó una reducción de la demanda del consumo eléctrico de un 10%, un 5% de la que debe producirse en horas punta. Esta medida, a excepción del resto, será de aplicación a partir del 1 de diciembre de 2022 pero sólo tendrá vigencia hasta el 31 de marzo de 2023, permitiendo a los Estados aplicar las medidas que crean necesarias para conseguirla .
Se consensuó también establecer una limitación de los ingresos por las tecnologías inframarginales. El precio límite será de 180 €/MWh por tecnologías como las renovables y la nuclear, que han obtenido beneficios desorbitados durante los últimos meses dado el papel que han tenido el carbón y gas en la fijación de precios de la electricidad.
Por último, se estableció una contribución solidaria y obligatoria sobre empresas del sector de combustibles fósiles. Esta tasa se calculará sobre los beneficios imponibles que hayan aumentado más de un 20% con respecto a los beneficios imponibles obtenidos desde 2018.